sábado, 12 de septiembre de 2015

La paz contigo

Durante muchos años hice siempre lo mismo, cada vez, en la celebración de año nuevo, escribí mis metas en una hoja y la guardé, según yo para asegurarme de cumplirlas, tremendo engaño. Nada puede hacerse bien, ni completarse si primero uno desconfía de sí mismo. Y los papeles van acumulándose.

La visión que las personas tienen sobre ellas mismas, de sus habilidades, su fuerza, su capacidad y su inteligencia, pero sobre todo, de su posición dentro del statu quo, es determinante para, además de plantearse sus objetivos, encontrar el camino a cumplirlos superando los obstáculos que la sociedad y el cosmos ponen.

Para lograr esto hay infinidad de cursos y talleres: inteligencia emocional, liderazgo, coaching, etc. Pero nada de esto funcionará, porque si alguien no cree en sí mismo, no podrá realmente creer en alguien más... sino, ¿Por qué las personas se dan la paz entre ellas en las misas católicas? Te paso la fuerza y el espíritu de Dios para que creas en ti y en que, con él, serás feliz.

No me considero muy católica, en realidad... En fin. Una vez, una compañera me mostró su mapa de vida. En un papelote, había escrito y pegado imágenes de lo que quiere ser ella en cada aspecto de su vida y lo tenía pegado en la puerta de su armario para recordarlo cada mañana que no quiera levantarse de la cama. Excelente. Quizás lo intente.

Yo sé quién quiero ser y lo que quiero hacer, tengo una idea muy clara de cómo lograrlo, pero aún no confío en mí. Quiero confiar. Creo que buscaré un psicólogo, son buenos, hace mucho bien contar a un desconocido los miedos más profundos y escuchar lo que duele asumir. Porque para reparar, primero hay que romper.

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