domingo, 16 de diciembre de 2012

Buscando inspiración

Amo escribir, es una de mis pasiones.
Cuando era niña escribía cuentos, nunca supe si fueron bueno porque obviamente los adultos solo sonreían; a los 13 comencé a escribir poesía al chico del que estaba enamorada; a los 16 escribí mis primeras escenas para teatro... a los 18 entré en depresión cuando una profesora de literatura me dijo que escribía "paraliteratura" así que al año siguiente comencé a tomar clases.
Hace un año, más o menos, que tengo este blog.

No espero un Nobel de literatura ni ser conocida como una super escritora, lo hago por como me hace sentir, porque me desahoga, me pone a pensar, me ayuda a recordar que todo es pasajero. Y cada vez que leo lo que escribo pienso que soy afortunada porque superé aquella sensación que en ese momento me hizo escribir. Pero, ¡qué difícil se me hace lograr una disciplina literaria! Cuando comencé este blog, pensaba escribir un artículo por mes, aproximadamente, donde reflejara cada cosa que me molesta, me frustra o me hace reflexionar de la sociedad, de las costumbres, de mí misma, y realmente tengo muchas cosas sobre las que quisiera dejar plasmada mi pensar, pero ¡como cuesta!

Una gran mujer, profesora de literatura y poesía, me comentó un día que los artistas son las personas más sensibles, más empáticas, más lloronas del planeta y que es, justamente, esa característica la que nos lleva a escribir, componer, pintar, esculpir grandes obras que lleguen al corazón del público y los hagan sentir, pero mientras esta magna obra es creada, el o la artista también se conmociona, llora y sufre, como si estuviera pariendo para dar la bienvenida a su creación, aquella que cambiará al mundo de alguna manera si logra que más personas piensen y se cuestionen sobre dónde y porque están paradas ahí. Creo que por eso no puedo escribir tan seguido y profundo como quisiera, porque no me gusta llorar. Y, por eso, me gustaría ser más valiente y llorar, para escribir tan profundo y sentido como se dibuja en mi mente.

Algunos dramaturgos, guionistas y poetas son más metódicos y disciplinados con su arte, cuando les llega la inspiración -si la esperan- se encierran a escribir, otros escriben al calor de los acontecimientos. Yo quisiera poder sentarme frente a esta pantalla y volcar todo lo que pasa por mi mente de forma estética, que haga pensar a quien lo lea, quisiera tener disciplina, quisiera atrapar la inspiración para dar forma atractiva a lo que tengo por decir... y que más personas pudieran leer como muevo y reinvento mi propio status quo... y que se cuestionen.

domingo, 18 de noviembre de 2012

¡Felices 22!

El 18 de noviembre del 90 nací, no sé cómo reaccionaron mis padres ni mis abuelos cuando me vieron, seguro pensaron que aunque llegué más temprano de lo que todos hubieran deseado me veía muy bonita, tal vez estaban conmocionados y asustados a la vez por el futuro incierto y la carga de responsabilidades... me enteré de esa situación como 15 años después, fue entonces cuando comencé a preguntar ¿estoy haciendo algo provechoso conmigo? ¿hacia dónde voy? ¿qué debo hacer aprovechar el tiempo?

Cada cumpleaños que pasa es un año más de acumular experiencias, recuerdos, derrotas y aprendizajes; cada cumpleaños que pasa es mi oportunidad para analizar si estoy creciendo como persona, si me acerco a lo que quiero ser, si soy más amiga o más mujer; cada cumpleaños que pasa, en la noche, imagino como me gustaría que se dieran las cosas... y vuelvo a soñar.

Este año cumplañístico (del 18 de noviembre del 2011 a este 18) aprendí muchísimas cosas sobre el trabajo, los amigos, las personas, las relaciones interpersonales, el teatro... y dedicaré este post a enumerar algunas.

Sobre los amigos:
- Nunca es bueno meterse en peleas ajenas, sobretodo si ambas partes son importantes para uno, siempre terminara incluyéndose en el pleito a quien quería separar, quedando el grupo dividido en una persona molesta y dos intentando disculparse.
- Las peleas no deben pasar de un par de días, jamás debe llegar a meses, porque la relación no volverá a ser igual... puede mejorar o bajar de nivel, el punto es hasta donde vale la pena el riesgo.
- No se necesita un "te quiero" para saber cuanto le importas a alguien, solo un par de tragos para que lo confiese; no hace falta un "luego" para saber cuando esa persona te bajó de nivel, solo la ausencia injustificada.

Sobre las parejas:
- Mejor que el cine es el brazo de mi enamorado al rededor de mi cintura y una pela antigua que de risa en el sofá de su sala; mejor que un restaurante es cocinar juntos, ensuciar todo y limpiar rápido antes que lleguen los suegros; mejor que la discoteca es su mano apretando la mía mientras caminamos por la playa esperando que amanezca.
- Lograr una buena relación con la familia es complicado, más si son de costumbres distintas, más si trabajan en la misma empresa, más si uno comienza a sumergirse en la cotidianidad y a opinar.
- Los pequeños detalles nunca pasan de moda, el problema es cuando el tiempo se acumula, cuando los quehaceres aumentan, cuando llega la rutina... entonces, mejor compramos juegos de mesa, películas y chucherías.

Sobre las personas:
- Es cierto, cada uno es un mundo por explorar y si uno mismo no termina de conocerse, el otro más lejos estará... ahí está lo rico, dejarse sorprender con cada reacción, cada movimiento y cada giro.
- Siempre existirán peleas y errores, el quiebre está en el perdón, es difícil pero lo que queda después es mucho más grande.
- Cada persona tiene algo especial, la forma de pensar, de entender, de ver... mantener la mente abierta lleva a descubrir singularidades y aprender de ellas, lo que nos hace crecer.

Tengo muchas más ideas en la mente, este año me han sucedido cosas que ni siquiera imaginé que me sucederían a esta edad y que me han hecho crecer, madurar, reflexionar. Ahora siento que sí, soy mejor persona, que estoy más segura de donde quiero llegar y que me estoy volviendo más sensible. Fue un año cumplañístico muy duro pero provechoso. Adiós veintiuno, bienvenidos 22, estoy a la espera de lo que me traerán... muerdo mi labio, rezo y a dormir. Buenas noches.

domingo, 14 de octubre de 2012

¿La fórmula del éxito?

En lo que va del año me he dado cuenta cuanto puede llegar a complicarse el entorno, como se enredan las situaciones y hasta que punto afecta que todo pinte negro, sobretodo si uno no se rinde y busca mejorar su situación, si uno mantiene la esperanza, si uno reza... lo más curioso de este cambio en la atmósfera es que llega precisamente cuando creo -creemos- que las cosas van bien, que se está llevando todo por el buen camino y que se forma un futuro prometedor. A mí, en los 10 meses que lleva este año, me ha pasado muchas veces... y quedan 2 meses más.

¿Qué sucede cuando un amigo te traiciona? ¿cómo se siente descubrir que un maestro no cree en tu capacidad? ¿qué hacer cuando personas importantes te dan la espalda sin siquiera voltear a mirar? yo me desfogo escribiendo -no contra ellas, sino con lo que siento- pero muchas veces eso, y lo que sea necesario para calmarse, no es suficiente porque muchas veces los problemas con los demás afectan los planes a futuro, muchas veces la falta de ciertas personas requiere dejar algunas ideas de lado o reemplazarlas por otras que impliquen personas diferentes.

A lo que voy es que nadie arma su futuro, su plan de vida a corto plazo, en un desierto, todos incluimos por lo menos una personas es ese plan a quien consideramos indispensable. He ahí el problema. Un profesor de teatro me grabó un lema en la mente "ningún actor es indispensable" y es cierto, somos nosotros mismos quienes les damos esa categoría y somos nosotros mismos quienes sufrimos y nos enfadamos contra ellos si nos fallan... cuando, en realidad, no es su culpa, son solo personas, igual que yo. Y estoy segura que le he fallado a muchas personas que quiero.

Pero lo realmente importante no es en qué concluya esa amistad rota o si se repara o si baja de categoría a "solo conocidos", sino como dejamos que nos afecte, en que grado y que tanto ocupará nuestra mente. Es difícil vaciar la mente de problemas para estudiar o trabajar bien, apartar la sensación de molestia y tristeza para que las relaciones con el resto del mundo continúen intactas, guardar bajo llave las palabras que quieren escaparse para evitar tener más peleas. Aunque sea necesario, cuesta.

Para mí, la fórmula del éxito consiste en modificar los planes y las situaciones lo más rápido posible luego de dejar una amistad o un contacto, y reemplazarlos por otros que te lleven al mismo lugar esperado pero por otro camino, con otra fórmula, bajo otros estándares, en otros términos y con otras personas. La fórmula del éxito, en mi poca experiencia, requiere reformular las situaciones para evitar la depresión, la desconfianza, el no querer conocer más; moverse en el entorno adaptándose a los giros, las vueltas y los torbellinos que tanto golpean.

El perdón cuando es sincero es lo más hermoso y las personas tenemos la capacidad de reconstruir las relaciones y la confianza, incluir de nuevo a las personas que alguna vez nos hicieron daño es lo más noble que podemos hacer, sonreír y dar una palabra o gesto de apoyo a esa persona que se fue y volvió es lo más reconfortante del mundo. Pero si no se puede, es necesario cambiar el rumbo para que no afecte la fuerza, el trabajo duro y la esperanza.

sábado, 4 de agosto de 2012

Se rompió el cielo

Hace como un mes atrás conversaba con una amiga de la universidad sobre los show infantiles porque se acercaba el segundo cumpleaños de su bebe, quien, por cierto, me parece muy linda.

Entonces se me ocurrió comentarle que cuando tenía 16, al director del elenco de teatro en el que participaba le pareció buena idea que hiciéramos show infantiles con música -tipo Floricienta o María Pía y Timoteo- y con cuentos titiriteros. La idea le entusiasmo.
Pienso que será una buena publicista porque, no se como, me convenció.

Cuando reaccioné y me percaté en lo que me había metido, la verdad, entré en pánico!!! Cómo era posible que aceptara dar un show de títeres? Sobre todo porque yo no escribía las historias, yo no hacía los muñecos, yo no sabía armar el escenario...

Pero me ganó el entusiasmo, las ganas de sentirme como hace 5 años atrás, el querer ayudar a mi amiga y entré a la travesía!

Ella armó el escenario y los títeres, yo busqué los cuentos y tres semanas después -hoy- estaba parada en un rincón de su sala, mirando la casita de cartón pintada de negro, decorada con dos ventanas que se abrían, tal como le había mostrado en un dibujo por internet... Y yo, con los nervios intentando traicionarme, con todo mi interior derritiéndose, justo como a los 16 antes de comenzar el show.

-Ya están todos los niños Adri, comenzamos?- mi amiga y yo nos metimos detrás del escenario, pusimos las marionetas en sus lugares de acción y el show comenzó. Salía una, entraba la otra, cambios de voces y mil preguntas para los niños, las respuestas de los padres y las risas de sus hijos, gritos cuando salía el malo, gritos para dar indicaciones, gritos para llamar a algún personaje y el cuento terminó... 15 minutos de receso y vamos con el segundo.

Cuando el show había terminado y me encontraba sentada en mi rincón de la sala comentando con mi enamorado las peripecias que me había costado, se acercó una niña y me dijo:
- Me gustaron los cuentos, pero creo que la casita se desarmó.
- Ah sí? Qué le pasó?
- Se cayó el cielo.

domingo, 29 de abril de 2012

¿Conservadora u open minded?

Hace poco un profesor del curso de opinión pública nos pidió escribir un artículo donde nos auto definiéramos como conservadores o modernistas. Interesante tema. Pensé un largo rato hacia qué grupo pertenezco, luego me di cuenta que a ninguno, no creo sinceramente que exista en este siglo, en estas circunstancias, en esta parte del planeta alguien que sea totalmente de un lado o del otro. He aquí lo que respondí:

"Mis amigos me definen como una chica opend mided, es decir, de mente abierta; pero, mis mejores amigas, como conservadora. Considero que es relativo lo de la forma de pensar o concebir a la sociedad, de definir hasta donde ciertas actitudes son permitidas dentro de los valores, las creencias, incluso, la religión.

Fui criada dentro de un familia religiosa en general, en un colegio católico y dentro de una sociedad que está todo el tiempo pendiente de lo que dices, haces o con quienes sales. Esto me llevó a cuidar mucho la imagen que debían tener los demás de mí, las conversaciones y los temas que tocaba y hasta la forma en la que me expresaba, si escribía tal o cual palabra en mis poemas, si leía ciertos libros, si escuchaba rock, blues o pop, etcétera. Seguía el ejemplo de mi madre, los consejos de mi abuela, nunca cuestionaba las decisiones, nunca manifestaba mi desacuerdo con algo, nunca buscaba más allá del parámetro. Totalmente conservadora.

Mi abuela reclamaba -incluso ahora sigue haciéndolo- "¡¿qué pensará la gente?!" Antes me quedaba callada o prometía hacer algo al respecto, ahora le respondo "para lo que me importa", porque en realidad, me tiene sin cuidado lo que piensen de mí aquellos que no me conocen ni quieren conocerme. Y es que cambié, dejé salir mi verdadera personalidad y comencé a sentirme orgullosa de lo que pensaba -y pienso-, comencé a defender mis ideas y a respaldarlas con con base. Me volví pacifista, amante del rock, fanática del arte en general, de mente abierta y rebelde al status quo.

Mis padres muchas veces se preguntaron qué me pasó. Entré a un elenco de teatro: subirme al escenario me quitó el miedo a que me vieran, llorar frente al público logró que dejara de preocuparme por lo que pensaran de mí, leer a los dramaturgos me enseñó que hay más formas de entender el mundo y las ideas que las que me impone la sociedad donde me tocó nacer, que hay diferentes realidades y que no son malas o erradas, que hay muchas maneras de alcanzar la felicidad; interpretar a otros personajes, con vidas muy distintas a la mía, darle vida a una idea con personalidad marcada me hizo crecer como persona, saber que puedo sentirme bien conmigo misma sin molestar al resto. 

Ahora, que me siento tranquila conmigo misma, no sé si sea conservadora u open mided, creo que soy una combinación de ambos lados, cambié algunas ideas pero mantengo otras, le soy fiel a mi familia pero jamás sobre mis propias creencias. Ante esto pregunto ¿por qué el otro debe decidir si lo que hago está bien o no? ¿o si con quien salgo vale la pena? ¿o si mis amistades, o si mi vestimenta, o si mi carrera? Mucha gente mide su éxito en base a la reacción del resto, tal como los aplausos en el teatro, el rating en la TV o el nivel de compras en la publicidad, hasta aquí considero que es aceptable, incluso importante. El resto es una estupidez.

No se debería actuar para que la familia y los amigos nos acepten, se sientan orgullosos o no avergonzados; juzgar a una persona por sus ideas mientras no afecte de forma negativa a la comunidad es una necedad; sentirse la oveja negra es una forma de auto rechazarse."