martes, 28 de julio de 2015

Despedida

Esta es la primera vez que soy despedida y, aunque no me dolió, me dejó pensando. 

El día viernes, luego de la entrega de libretas, la directora me sentó en su oficina y me dijo que algunos padres (2) se habían quejado de mí y que le estaban exigiendo un cambio urgente de tutora, me dijo también que ella no lo pensó bien al contratarme pero que quería que me quedara hasta diciembre para que siga aprendiendo pero que no podía con la presión de los padres ya que no podría arriesgarse a perder alumnos, por último, me dijo que me extendería un mes más el contrato para darme opción de encontrar otro trabajo.

Yo la miré, le sonreí y le dije que la comprendía pero le mentí, la verdad es que no lo entiendo. 

Si bien yo no estudié educación, trabajo hace unos años en esta área y nunca antes había tenido problemas que fueran irreparables, como toda docente, si hubo madres en desacuerdo conmigo, algunos cruces de palabras, pero todas concluyeron con mamas que me apoyaron cuando más las necesité de mi lado, que me defendieron cuando quisieron otros tumbarme... y niños que hasta ahora me escriben.

Si el año anterior me quejaba por sentir falta de apoyo de la dirección, este año terminé contra la pared, con un despido. Pero no es eso lo que me preocupa, otra oportunidad se presentará y seré más cuidadosa, en todo sentido. El problema aquí es mis niños, mis alumnos, lo más importante de toda institución educativa.

Es aquí donde me pregunto ¿es esa la mejor solución? Cuando un grupo de niños con habilidades especiales se acostumbran e identifican con una tutora, cuando estos niños muestran grandes avances académicos (reflejados en sus libretas) y sociales (demostrados en las actuaciones), ¿se puede permitir un cambio de tutora? es bien sabido que la tutora es la segunda madre, entonces ¿está bien cambiarla por dos quejas? considerando que, especialmente, estos niños necesitan un entorno estable, ¿no sería mejor capacitar a la tutora, organizar reuniones con los padres afectados, tener una sesión con la psicóloga?  

Probablemente ahora estén con una docente especializada y avancen mucho más de lo que han avanzado conmigo, entregar el corazón no basta si no se tienen estudios, pero seguiré preocupándome por ellos, por unos más que otros, porque no quisiera enterarme que retrocedieron, sin embargo, en el fondo sé que no será así porque los niños más pequeños son los que más rápido se recuperan.

domingo, 12 de julio de 2015

Carta a un antiguo amor

Si nunca te dije lo que leerás en estas líneas es porque nunca fui lo suficientemente valiente para hacerlo, la verdad es que no lo quise porque la pasábamos tan bien juntos que no quería discutir contigo, era tan raro verte feliz que no quería terminar llorando, solo quería atesorar cada buen momento contigo. 

Y sí, es que es algo fuerte, aquí y ahora te abriré los ojos, porque ha pasado tanto tiempo que, aunque no importe tanto, considero justo y necesario dejarlo claro, para que no cometamos los mismos errores en el futuro. Así que, sin más preambulo, he aquí la verdad: tú no me amaste.

Sé que se lee dramático, pero quítate esa idea de la cabeza y analicemos juntos la situación. Yo te amaba. Cuando estuve mal, al borde del quiebre total, cuando no veía más que sombras y oscuridad, cuando estuve por rendirme, tú estuviste ahí para mí, acompañándome y dándome fuerza para salir adelante, y yo que te amaba tanto, te admiraba, quería ser como tú, estar feliz con mi carrera, trabajar, pasar tiempo con mis amigos, tú me inspiraste a ser todo eso y a salir del hoyo negro en el que me encontraba. 

Porque yo quería ser más para ti, quería ser la pareja que tú merecías y devolverte todo o más de lo que tú me dabas, quería que sintieras por mí el mismo orgullo que sentía yo por ti, quería que me miraras y pensaras "gracias Dios por mandarme a esta mujer" así como yo agradecía las pocas veces que oraba, quería ser para ti todo lo que tú significabas para mí.

Entonces, cuando la moneda cambió y fuiste tú el que cayó, encontré mí oportunidad para devolverte todo el apoyo, el esmero y el cuidado, pero no lo aceptaste, no me dejaste inspirarte a mejorar, no me dejaste mostrarte todo lo que te perdías, si no, por el contrario, querías jalarme contigo, meterme en tu hoyo y vivir ahí -eso no es amor-. 

Ahí estuvo mi error, porque en mi desesperación de sacarte de la negrura en la que morabas, probé mil formas de mostrarte tu error e investigué mil soluciones para ti, guardando la esperanza que levantaras la cabeza y me dijeras "lo haré por nosotros", pero no fue así, quizás porque no veías en mí la inspiración y la fuerza que tú me diste en un momento para querer mejorar -eso no es amor.

Pensé que yo no era suficiente, pensé que estaba haciendo mal las cosas.. y fueron tantos los pensamientos atravesados en mi mente hasta que di con la respuesta: tú no me amabas. El amor inspira, el amor levanta, el amor guía ciegamente. Y yo no lograba esas reacciones en ti. No había problema de por medio, solo éramos dos personas donde una amaba y la otra estaba enamorada. Entonces dejé de amar.

Pero, dejo aquí constancia de ello, no me alejé porque tú me lo pediste y pensé que quizás sí me amabas pero estabas tan mal que no podías verlo. Grave error. Lo entendí después. Y quiero dejar constancia también que, a pesar que ya no te amaba, seguía viva la esperanza que te dieras cuenta lo que sucedía, que comenzaras a amarme y me reconquistaras. 

Porque, hasta hoy, mi corazón no se ha cerrado para ti, tiene una puerta abierta y la otra esperándote, pero hoy me alejo. Y sé, firmemente, que sí estuviste enamorado de mí y que cuando salgas de tu hoyo-morada, podría conquistarte de nuevo, podrías enamorarte y podríamos comenzar a amarnos juntos. Espero tu decisión.