domingo, 14 de octubre de 2012

¿La fórmula del éxito?

En lo que va del año me he dado cuenta cuanto puede llegar a complicarse el entorno, como se enredan las situaciones y hasta que punto afecta que todo pinte negro, sobretodo si uno no se rinde y busca mejorar su situación, si uno mantiene la esperanza, si uno reza... lo más curioso de este cambio en la atmósfera es que llega precisamente cuando creo -creemos- que las cosas van bien, que se está llevando todo por el buen camino y que se forma un futuro prometedor. A mí, en los 10 meses que lleva este año, me ha pasado muchas veces... y quedan 2 meses más.

¿Qué sucede cuando un amigo te traiciona? ¿cómo se siente descubrir que un maestro no cree en tu capacidad? ¿qué hacer cuando personas importantes te dan la espalda sin siquiera voltear a mirar? yo me desfogo escribiendo -no contra ellas, sino con lo que siento- pero muchas veces eso, y lo que sea necesario para calmarse, no es suficiente porque muchas veces los problemas con los demás afectan los planes a futuro, muchas veces la falta de ciertas personas requiere dejar algunas ideas de lado o reemplazarlas por otras que impliquen personas diferentes.

A lo que voy es que nadie arma su futuro, su plan de vida a corto plazo, en un desierto, todos incluimos por lo menos una personas es ese plan a quien consideramos indispensable. He ahí el problema. Un profesor de teatro me grabó un lema en la mente "ningún actor es indispensable" y es cierto, somos nosotros mismos quienes les damos esa categoría y somos nosotros mismos quienes sufrimos y nos enfadamos contra ellos si nos fallan... cuando, en realidad, no es su culpa, son solo personas, igual que yo. Y estoy segura que le he fallado a muchas personas que quiero.

Pero lo realmente importante no es en qué concluya esa amistad rota o si se repara o si baja de categoría a "solo conocidos", sino como dejamos que nos afecte, en que grado y que tanto ocupará nuestra mente. Es difícil vaciar la mente de problemas para estudiar o trabajar bien, apartar la sensación de molestia y tristeza para que las relaciones con el resto del mundo continúen intactas, guardar bajo llave las palabras que quieren escaparse para evitar tener más peleas. Aunque sea necesario, cuesta.

Para mí, la fórmula del éxito consiste en modificar los planes y las situaciones lo más rápido posible luego de dejar una amistad o un contacto, y reemplazarlos por otros que te lleven al mismo lugar esperado pero por otro camino, con otra fórmula, bajo otros estándares, en otros términos y con otras personas. La fórmula del éxito, en mi poca experiencia, requiere reformular las situaciones para evitar la depresión, la desconfianza, el no querer conocer más; moverse en el entorno adaptándose a los giros, las vueltas y los torbellinos que tanto golpean.

El perdón cuando es sincero es lo más hermoso y las personas tenemos la capacidad de reconstruir las relaciones y la confianza, incluir de nuevo a las personas que alguna vez nos hicieron daño es lo más noble que podemos hacer, sonreír y dar una palabra o gesto de apoyo a esa persona que se fue y volvió es lo más reconfortante del mundo. Pero si no se puede, es necesario cambiar el rumbo para que no afecte la fuerza, el trabajo duro y la esperanza.