domingo, 4 de noviembre de 2018

Presión familiar

¿Cuál es el punto medio entre lo que yo quiero y lo que se espera de mí? Siempre he sido una persona que ha intentado hacer con éxito lo que mi familia esperaba de mí: tercer puesto en el colegio, ingreso directo a la universidad, trabajar desde los 18 y colaborar en casa, etc... Esa era una parte de mí... Porque, al mismo tiempo, gritaba por salir mi otro lado, la que tenía metas propias, diferentes a las de la familia: el teatro.

Recuerdo que, cuando tenía 16, comenzaron las peleas en casa sobre la elección de la carrera. Yo quería ser actriz o dramaturga. Mis padres querían que tuviera una carrera convencional. Ellos ganaron y estudié comunicaciones.

Un año antes, yo quería una fiesta de 15 diferente, con nada demasiado femenino ni las tradiciones de antaño... Y todo en una paleta de colores oscuros. Ellos querían una fiesta convencional, con colores claros. Ellos ganaron.

Así fueron avanzando las cosas con ellos y yo siempre he sido complaciente, lo que he comenzado a considerar como un defecto más... Y yo pensaba que, al ser una persona adulta, sería diferente, pero no. Cuando la familia decide presionar, no hay fuerza humana que los detenga.

Entonces, ¿en qué momento puedo tomar decisiones que no me exijan pensar en todos los "peros" o "extras" que ellos podrían poner? Creo que ese momento no existe, ni nunca lo hará. Quizá otras personas pueden sentirse bien tomando decisiones sin considerar las opiniones de su familia, o quizá otras personas viven felices siendo exactamente igual a sus padres o incluso, cumpliendo a cabalidad con todas las expectativas, pero yo no soy así.

Eso no me hace una mala hija, solo una complicada. Pero creo que recién ahora -que me considero un poco más consciente y madura- me he dado cuenta del nivel de alta presión que ejercen los padres en general (o solo los míos) y pienso cuál es la mejor opción de ahora en adelante o cómo podría establecer un punto medio en el cual ellos no terminen lastimados o decepcionados y yo no me sienta incómoda ni frustrada. Cuando lo descubra, le dedicaré un post.

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